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lunes, 2 de julio de 2018

MODELO ESTRUCTURAL FINAL PARA SIGMUND FREUD

El primer modelo desarrollado por Freud fue el modelo neurológico (1895), el segundo era una teoría psicológica basada en una analogía espacial o topográfica (1900) de la que salieron términos como consciente y preconsciente, estos modelos presentaron varios errores, entre ellas la incapacidad para describir la forma como interactuan o se relacionan las fuerzas que compiten desde la personalidad.

En (1923) Freud creo el modelo estructural final de la mente basado en el Ello el Yo y el Superyó.







EL ELLO 



Es la parte más antigua o primitiva de la personalidad, dado que este es la parte más arcaica, comprende toda la parte innata, los empeños no aprendidos o como se dice desde el Psicoanálisis es donde se encuentran todas las pulsiones, por lo tanto Freud caracterizó al ello como un "Caldero lleno de excitaciones en ebullición" alimentados por las energías de los procesos orgánicos de las pulsiones y dirigidos a una meta: La satisfacción inmediata de sus deseos.

Al igual que el inconsciente, El Ello es un caos sin restricciones, libre de las leyes que rigen el pensamiento lógico, no conoce juicios de valor no hay bien ni mal ni ningún tipo de moralidad.



EL YO 



Si se deja por su cuenta, las luchas desenfrenadas del Ello producirían la destrucción del organismo.

El Yo se desarrolla a partir del Ello, se especializa y organiza en respuesta a su constante exposición a la estimulación externa, tiene una relación íntima con la capa mas externa del organismo los sistemas perceptuales y conscientes que se localizan en la capa cortical del cerebro.

Para Freud el yo es el brazo del aparato mental orientado a la realidad, pero al mismo tiempo también responde a las condiciones internas y externamente la función del yo es tomar conciencia de los estímulos y su ubicación, evitar la estimulación demasiado fuerte y aprender a producir cambios en el mundo externo que le resulten ventajosos en su búsqueda de la supervivencia.

El yo debe decidir si las pulsiones son satisfechas al instante como exige el ello o si su satisfacción debe posponerse a otro momento para la satisfacción del deseo, o por último si debe negarse de la demanda pulsional, es decir, si debe reprimirse a la pulsión.

El principio de Placer es destronado por el Principio de Realidad, el yo busca la manera de proporcionar al ello placeres seguros y apropiados a la realidad.

El Yo libra una batalla de dos frentes con el mundo interno y el externo, hay un tercer frente que está obligado a considerar durante la relación con la vida y la muerte, este tercero es el Superyó.


EL SUPERYÓ


El superyó asimila la intensidad del impulso, o el deseo que se domina y de este modo aumenta su suministro de energía para futuros juicios morales, mientras mayor sea la tentación a la que no sede la persona, mayores serán los remordimientos, de conciencia ante futuras tentaciones.

El superyó se alimenta de la energía del impulso del ello al que se renunció y se vuelve más escrupuloso con cada triunfo moral.

Mientras más sea la agresión a la que renuncias virtuosamente, más reproches te hace tu conciencia.

Freud resaltó que una vez que el superyó se ha establecido dentro de la personalidad, para ser alimentado por la energía de los impulsos, del ello a que se renunció puede ser tan duro y rígido en sus demandas, como lo es el ello en su relación con el yo.

"A partir del punto de vista del control pulsional, o moralidad, puede decirse que que el Ello es por completo amoral, que el yo se esfuerza por ser moral, y que el superyó puede ser excesivamente moral y luego se vuelve tan cruel como solo lo puede ser el ello" (Freud, 1923).

Por lo tanto el objetivo para el Psicoanálisis es tener un Yo equilibrado, que pueda dominar las pulsiones tanto del Ello como del Superyó.





Referencias:


Teorías de la Personalidad debajo de la Máscara  - Robert N, Sollod - John P Wilson - Christopher F. Monte (2009)

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